- El experto en construcción inmobiliaria, Sebastián Yáñez Quezada, despeja las dudas sobre este tipo de propiedades que tanto han salido a relucir estas semanas producto de los dichos de la vocera de campaña de José Antonio Kast, quien dijo que en Chile era posible comprar una vivienda por menos de $20 millones.
Un tenso momento fue el que se vivió hace unos días cuando la vocera de campaña de José Antonio Kast, Macarena Santelices, afirmó en un matinal que en nuestro país se podía comprar una vivienda por “$10, $15 o $20 millones de pesos”.
En aquella ocasión, la periodista fue duramente interpelada por el panel del programa, el que consideraba que sus dichos estaban profundamente equivocados debido a los altos precios que están adquiriendo las propiedades.
Pero, ¿hay algo de cierto en los dichos de Santelices?: “Las únicas viviendas que cuestan eso en Chile son las casas prefabricadas o modulares, las que tienen ese valor porque claramente no incluyen el terreno en donde se instalarán”, explica Sebastián Yáñez Quezada, experto en construcción inmobiliaria.
Según señala el especialista, en los últimos años este tipo de propiedades están cautivando a quienes quieren invertir en vivienda, ya que representan una alternativa más económica en todo sentido.
No obstante, aún existen muchas dudas sobre estas estructuras, debido a los mitos que las rodean.
Mitos: Son casas frágiles y que no durarán mucho tiempo
Dentro de las principales creencias que giran en torno a las casas prefabricadas están las dudas sobre su calidad. Muchas personas creen que se trata de viviendas con fecha de vencimiento.
Sin embargo, a pesar que sus materiales en sí son mucho más livianos que los de una estructura tradicional, eso no significa que no puedan resistir ante las adversidades climáticas o movimientos terrestres.
“Por la forma en la que se construyen las casas prefabricadas, su resistencia ante temblores y terremotos es mucho mayor a la que tiene una casa habitual, ya que están hechas de distintos paneles uniformes muy difíciles de derribar”, comenta Yáñez.
Es que el proceso de elaboración de estas propiedades es similar a los juguetes Lego, en donde los niños juntan determinadas piezas que encajan unas con otras para formar una figura. En este caso, las piezas serían el piso, las paredes y el techo.
Por otro lado, la durabilidad de estas viviendas ya no es la misma de las primeras versiones que salieron al mercado, ya que cada día se están ocupando más materiales sintéticos de gran resistencia y durabilidad para su elaboración. .
Verdades: Fácil instalación y reubicación
Dentro de las certezas que se conocen sobre las casas prefabricadas, están su sencilla implementación en terrenos, debido al ya mencionado sistema de armado.
En este sentido, cabe señalar que existen dos variantes para este tipo de viviendas. Por un lado están las casas prefabricadas, las que vendrían siendo aquellas que se construyen y arman completamente en las fábricas que las venden, por lo que se pueden trasladar listas para instalar en el lugar elegido para vivir.
Por otra parte, están las casas modulares, las que se elaboran enteramente en fábricas, pero no se arman hasta que ya son trasladadas al terreno previamente escogido por su dueño para habitar. La ventaja de este tipo de viviendas es que al tratarse de un grupo paneles que se unen, es fácil agregar mayor superficie al nuevo hogar.
En este sentido, su portabilidad hace que sea posible que si la persona que la compró y la instaló en determinado lugar, pueda trasladarla a otro lugar en el futuro si es que se aburrió de vivir en el mismo sitio.
Sebastián Yáñez: “Hay que considerar la compra del terreno en el precio final”
En general, el precio de este tipo de propiedades es mucho más económico que el de una vivienda habitual, lo que hace que se conviertan en una alternativa tentadora para muchas personas y familias.
Su bajo precio puede ocasionar ciertas confusiones, lo que hace que algunos se confundan respecto al precio final que deben pagar por invertir en este tipo de construcciones.
“Las personas no deben olvidar que hay que considerar la compra del terreno en el precio final de la inversión. De todas formas, todo el dinero que hay que desembolsar por todo el paquete, es decir, casa, terreno, instalación y legalización, es mucho más bajo que el de un departamento o casa tradicional”, comenta Yáñez Quezada.