- Una investigación realizada por Unicef señala que el 33% de los padres ha llevado a cabo actos de violencia como llamar tonto o flojo a un hijo. Alejandra Goñi Ossa, psicóloga chilena, explica que actitudes como esta pueden perjudicar notablemente la personalidad y salud mental de un niño.
Recientemente salió a la luz el estudio Conocimientos, Actitudes y Prácticas (CAP), realizado por Unicef con el apoyo del Centro de Estudios Justicia y Sociedad (CJS) y la Dirección de Estudios Sociales de la Pontificia Universidad Católica de Chile (DESUC).
En este documento, elaborado a partir del testimonio de más de 4.000 cuidadores, se confirmó que prácticamente la totalidad de los padres chilenos reconoce lo dañino que resulta la violencia física en la crianza de un niño.
No obstante, no ocurrió lo mismo con la violencia psicológica, ya que varios cuidadores no fueron capaces de catalogar ciertas actitudes como peligrosas.
Al respecto, la psicóloga chilena Alejandra Goñi Ossa comenta: “Varios padres en Chile creen que gritarle a un niño está bien o que no hay problema en llamarlo tonto. Sin embargo, si estas conductas violentas se vuelven reiterativas, la salud mental del hijo o hija puede verse muy perjudicada”.
Un no rotundo a la violencia física
Uno de los principales logros confirmados por este estudio es que casi el 100% de los padres lleva a cabo prácticas de crianza positiva con sus hijos. Por ejemplo, un 99% considera bueno el hecho de felicitar a un niño cuando este consigue algún logro o se porta bien. Por otro lado, un 98% señala que es bueno indicarle a los niños cómo mejorar cuando han hecho algo malo.
Además, en cuanto al empleo del castigo físico como forma de crianza, el 99% reconoció que jamás han golpeado a su hijo o hijo, mientras que el 93% nunca le ha dado una palmada o golpe en el trasero.
“Los padres chilenos han mejorado en este aspecto comparado con el siglo pasado. Es esperanzador ver que casi todos los padres no practican la violencia física contra sus hijos a modo de castigo. Lo único que se consigue con eso es generar traumas y que los niños repitan este tipo de actitudes cuando crezcan”, señala Alejandra Goñi.
El dilema de la violencia psicológica
No obstante, tal como ya se ha mencionado, muchos padres de nuestro país no son capaces de reconocer cuáles son las prácticas de violencia psicológica que pueden perjudicar la personalidad y desarrollo de los hijos.
En este sentido, la investigación corroboró que el 33% de los padres tiene una actitud ambivalente frente a prácticas como gritarle a un niño, insultarlo o descalificarlo.
En la misma línea, un 22% de los padres señaló que alguna vez ha retado a gritos a sus hijos, mientras que un 5% manifestó haberle dicho a su hijo o hija que es flojo, tonto u otro sinónimo. Del total de cuidadores, un 14% válida que levantar la voz es una forma para criar niños más obedientes.
“Cuando tu le dices a tu hijo que es tonto, sin querer estás permitiendo que él tenga una percepción negativa de sí mismo, lo estás limitando para que logre otras cosas. Si tu niño o niña ha hecho algo malo o no ha podido completar una tarea, el camino correcto siempre será el diálogo. Solo en la base del respeto es posible practicar una buena crianza y generar ciudadanos que no tengan problemas para relacionarse con otros en el futuro”, manifiesta Alejandra Goñi.