Nacido en Cuba, el decatleta encontró en el país anfitrión el lugar donde desarrollar su talento y le devolvió todo con una medalla de oro.
La historia de Santiago Ford se convirtió en una de las más llamativas de los Juegos Panamericanos Santiago 2023. Representando a Chile, el decatleta ganó el evento que reúne 10 pruebas y le entregó a los locales una medalla de oro que no conseguían desde la primera edición de la cita continental, Buenos Aires 1951, cuando Hernán Figueroa se subió a lo más alto del podio.
Ford no nació en Chile, sino que en Cuba. Pero encontró en este país lo que no tuvo en su nación de origen: la oportunidad de demostrar y desarrollar su talento. Él mismo lo ha dicho, en la isla del Caribe, sobre todo después de conseguir el cuarto lugar en el Mundial junior de Polonia 2016, sintió que no le daban el espacio necesario para destacarse.
En 2018 decidió emigrar, influenciado por un técnico chileno. Su periplo antes de llegar a Santiago no fue sencillo. Incluyó Guyana, Brasil, Perú y una caminata por el desierto chileno a través de campos minados. Ya instalado en su nueva casa, y compitiendo para la Federación local, tuvo que esperar hasta finales de 2022 que le entregaran la nacionalización, un proceso en el cual recibió el apoyo de dos exatletas que hoy son parlamentarios, el senador Sebastián Keitel y la diputada Erika Olivera.
Hubo momentos duros durante ese período, momentos en que pensó en olvidarse de su sueño y buscar nuevos horizontes que le permitieran cumplir con sus objetivos deportivos. La llegada de su hijo cambió las cosas y le dio un nuevo impulso, una razón para seguir peleando.
“Estoy feliz, porque logramos un sueño que tenía de pequeño, logramos cumplir con las metas que teníamos preparadas para este campeonato y feliz porque el pueblo chileno me apoyó de principio a fin”, dijo después de colgarse una inesperada medalla de oro, la séptima para los dueños de casa en estos Panamericanos.
Al cruzar la meta de los 1.500 metros, la última prueba del decatlón, quiso hacer un gesto que le recordara a él y al público todo lo que pasó para llegar hasta ese momento: decidió llegar caminando al final del evento.
“Me paré, porque me acordé cuando estaba caminando por el desierto a las cinco y media de la mañana parado de pie sin saber qué hacer, pero con el objetivo claro que era llegar aquí. Y esos últimos 10 metros fueron ese reflejo de la madrugada, deshidratado, pero en mi corazón y en mi mente sabía que yo quería estar aquí, en este momento”, rememoró.
El oro y el reconocimiento alcanzado en Santiago 2023 es una estación más dentro de los planes que tiene el atleta de 26 años. Ahora vienen los Juegos Olímpicos París 2024 y ya se ha trazado una nueva meta: clasificar y meterse en la final.
Santiago Ford sabe de desafíos y de cómo llevarlos a cabo.
Felipe Hurtado H. / Photosport