César Soto, de 23 años, es estudiante de quinto año de la carrera de Pedagogía en Ingés de la Universidad de Concepción y es el protagonista de una historia inédita. Esto, ya que un completo comprado en un carrito al costado del recinto educacional le podría costar muy caro.
La tarde de este martes, a eso de las 17:30 horas, una compañera lo invitó a comer un completo tras salir de clases. Ofrecimiento que no rechazó, por lo que tomaron rumbo al lugar donde vendían el alimento. Fue allí donde fueron abordados por un inspector municial.
En conversación que el joven tuvo con Canal 13, el estudiante comentó que aquel carro de comida se encuentra en el mismo sitio hace 2 o 3 años, por lo que nunca pensó que tendrían algún problema. Menos que sería citado al tribunal arriesgando una multa de 277 mil pesos.