Catalina Maluk
Decana Facultad de Economía y Negocios, U.Central
La portabilidad financiera, iniciativa en estudio por la Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras (SBIF) supone que los clientes de la banca tendrán la facultad de cambiarse de banco sin las trabas que hoy implica ese procedimiento. Es decir, podrían mover sus créditos y productos asociados a su cuenta corriente a la entidad bancaria que estimen más conveniente, sin necesidad de cerrarlos o liquidarlos, como ocurre actualmente.
De concertarse la idea, se estimulará la competencia entre la banca, lo que traerá beneficios para los clientes. Será un incentivo que obligará a la banca a maximizar la calidad de sus productos y servicios a mayor velocidad y que permitirá a los clientes tener una mayor vitrina donde comparar tasas de interés, costos de comisiones asociadas, etc. y acceder a información estandarizada para tomar mejores decisiones financieras.
Si bien hoy, tal vez la banca esté preparada para una masiva integración de datos, la duda es que ocurrirá con la suficiencia de las medidas de control de riesgo para los sistemas informáticos y eventuales filtraciones o hackeos.
Otro elemento no menor, tiene que ver con la velocidad de los procedimientos. Claramente, el consumidor ha cambiado; busca inmediatez y satisfacción instantánea de sus necesidades, por lo tanto, la rapidez y la seguridad, unidas a las mejores condiciones financieras, serán atributos muy valorados.
La portabilidad financiera es un proceso que podría ser lento. Si bien, se ve muy atractivo para los consumidores, va a requerir de adaptación y cambios significativos; de toda una reingeniería.