Alejandro Torres
Académico, Escuela de Ingeniería
El esperado momento llegó: la línea 3 del Metro de Santiago ya se encuentra operativa, con un alcance a zonas de la Región Metropolitana que anteriormente no contaban con acceso directo a este servicio. El sistema cuenta con tecnología de punta, equiparable a los trenes subterráneos urbanos de países desarrollados, lo cual va en directo beneficio de los usuarios, quienes hasta ahora se han mostrado muy conformes con el servicio.
Existe eso sí, una oportunidad de mejora en la conectividad con las estaciones terminales y su operación, donde se debe contar con una mayor y mejor infraestructura física que permita una llegada más fluida de los usuarios a las estaciones, por ejemplo, las paradas de buses con una adecuada zona reservada para la subida y bajada de los pasajeros, y que cuenten con refugios apropiados (asientos, techumbre, zonas de prepago, etc.).
No cabe duda que el actual trazado ha mejorado la conectividad y representa una alternativa que permite descongestionar otras líneas de Metro, sin embargo es menester resaltar que debido al crecimiento acelerado de la urbe, se incrementa la demanda de transporte de personas y mercancías.
Los habitantes de la periferia de la RM (que cada vez se aleja más del centro de la ciudad), todavía presentan problemas de movilidad, tanto en su conectividad como en su accesibilidad. Solo basta con salir del área metropolitana de Santiago para evidenciar que el transporte público sigue gestionado por privados, quienes administran el sistema regulando las tarifas, recorridos, frecuencias, tipo de buses, etc., con las consecuencias que esto implica en la calidad del servicio, respecto del costo de la tarifa.
Otra de las deudas en transporte público, tiene que ver con las tarifas preferenciales para el adulto mayor en las micros, ya que actualmente el sistema Transantiago (entiéndase Metro y micros) contempla el beneficio sólo en el tren subterráneo. Se debe tener en cuenta que Metro cubre sólouna parte de la demandaen la ciudad, por lo cual la tarifa rebajada en Metro no beneficia a todos los adultos mayores, considerando además que este segmento de la población está en pleno crecimiento y pertenecen a los sectores más vulnerables socialmente hablando.
Ejemplos exitosos de esta regulación tarifaria existen en todo el mundo; además su rentabilidad social es altísima, dado que mejora absolutamente la calidad de vida de los adultos mayores, y con ello, de la sociedad en su conjunto. Una sociedad con mejor calidad de vida, es una sociedad que se compromete con el desarrollo de su país.