Por Homero Ramírez
Lo esperaron con paciencia y de fondo empezó a sonar Fuckin’ in the Bushes. Todo tenía que salir bien. Y el inicio fue arrollador, con Rock ‘n’ Roll Star y Morning Glory, haciendo recordar lo esencial que es Oasis. Deja una huella infinita. Pero vendría lo peor. Del cielo al infierno.
Desde finales de mayo, el menor de los hermanos tocó, sin interrupciones salvo entre enero y febrero de este año, en Inglaterra, Alemania, Holanda, República de Irlanda, Escocia, Noruega, Serbia, Bélgica, España, Finlandia, Francia, Estados Unidos, Canadá, China, Filipinas, Japón, Corea del Sur, Italia, Irlanda del Norte, Emiratos Árabes Unidos, Gales, Australia, Tailandia, Indonesia, Suiza y Argentina. Fueron 80 fechas, incluida la de Chile, una que solo alcanzó a nacer. La promoción del As You Were ha sido extenuante.
Luego de Greedy Soul, donde Liam evidenció su molestia por problemas en el sonido, en la mitad de Wall of Glass decidió mandarlo todo a la mierda y retirarse de escena mientras sus músicos terminaron de tocarla y se llevaban una ovación. “No estamos en un puto concierto de Megadeth”, había dicho antes del tema final, empantanado por su retorno que fallaba. “Me voy, mi voz está absolutamente dañada. Podría pararme toda la noche y gritar para ustedes pero sonaría realmente horrible. Así que lo siento mucho, no puedo cantar las melodías”, se excusó al retornar a escena.
Y mientras llovían pifias, y hasta proyectiles, los que captaron el mensaje se retiraron rápidamente. Otros no se resignaron y perdieron minutos de su vida esperando un milagro que no cambiaría su postura. Hasta hubo varios Olé, olé, olé, olé, Noel, Noel. Horas más tarde, entregó un comunicado de prensa donde se confirmaba que el artista sufría una sinusitis, “una infección en el oído y nariz después de un show europeo que derivó en una infección en el pecho (…) que le hacía difícil respirar en el escenario”. En ese mismo mensaje venían otras disculpas y la promesa de agendar un concierto en Chile lo más pronto posible.
Un día después, llegó otro comunicado: “Liam ha sido diagnosticado con una infección respiratoria en curso y una fiebre. El doctor advirtió que necesita un mínimo de 48 horas de descanso”. El resultado: otra suspensión, ahora en Brasil. Pero también el lunes sumó una buena noticia: siete nuevos shows en Estados Unidos como otro tramo de su gira mundial y otro en Londres. Todo entre mayo y junio. Ojalá que allá nazcan y se desarrollen; en Santiago quedaron las ganas de todos esos clásicos de Oasis que quedaron en la estantería. Como en 2011, con Beady Eye llevando a la Industria Cultural a la dimensión diseñada por Liam, otra pudo ser la historia.