Con el verano y las altas temperaturas, tomar agua es indispensable para lograr un buen rendimiento deportivo y evitar un golpe de calor, que podría incluso provocar la muerte.
Al hacer deporte, tu cuerpo aumenta su temperatura corporal entre 2° C a 4° C, dependiendo de la intensidad, duración del ejercicio y las condiciones medioambientales.
El aumento en la carga cardiovascular se produce para llevar sangre a los tejidos, ya que hay un mayor consumo de nutrientes y de oxígeno, sobre todo por parte de los músculos. Por eso es tan importante hidratarse antes, durante y después de la actividad deportiva, para asegurar el adecuado intercambio de nutrientes y de oxígeno desde y hacia los tejidos.
“El agua es fundamental para todos los procesos que ocurren en el organismo, que está compuesto por aproximadamente un 70 % de agua. Tiene mucho que ver con la estructura, con el transporte de nutrientes, de oxígeno hacia las células, y también con la eliminación de toxinas a través de la transpiración y la orina”, explica el doctor Alex Vaisman, el especialista en traumatología deportiva de Alemana Sport.
Una buena hidratación permite un mejor rendimiento deportivo
En general, la recomendación de hidratación es de 2 a 3 litros de agua al día, pero eso va a depender de cada persona, del ambiente, de la sensación térmica y de la práctica deportiva.
“Si una persona está deshidratada o mal hidratada a la hora de realizar actividad física, su organismo va a ser menos eficiente, su rendimiento deportivo va a ser menor y el riesgo de lesionarse mayor. Es muy habitual que desarrollen contracturas musculares o calambres”, explica el doctor Vaisman.
Una correcta hidratación para un deportista debería ser individualizada, es decir conociendo la tasa de deshidratación de la persona. En ese sentido, Gonzalo Rozas, nutricionista de Alemana Sport, comenta que “siempre invitamos a nuestros pacientes a pesarse antes y después de una práctica deportiva. La diferencia de peso es la pérdida de hidratación que deben reponer antes, durante y después del entrenamiento”.
Una correcta hidratación da como resultado una variación menor al 2 % entre el peso inicial y el peso final.
- Mayor al 2 %: afecta al rendimiento deportivo.
- Entre el 3 % y el 4 %: disminuye la fuerza.
- Mayor al 4 %: puede producir un golpe de calor que, en casos graves, podría incluso provocar la muerte.