Abrupta ha sido la caída en las visitas a los malls en el último tiempo. Los efectos de la pandemia en los hábitos de consumo han hecho lo suyo, pero ello no es más que la comprobación anunciada de una tendencia que se venía manifestando hace algunos años y que no hizo más que agudizarse para poner a los centros comerciales en un delicado punto de inflexión.
De acuerdo con un estudio de la consultora Kawésqar Lab, solo un 24% de los consumidores considera hoy a un centro comercial como alternativa para ir de compras. El giro es notable si se compara con el 55% de preferencias que acaparaba el mall hace escasos seis años.
El aumento del comercio electrónico ha sido potente sobre todo en la última década. De hecho esa amenaza estaba prevista en el mundo del retail que ya venía buscando la manera de hacer frente a la caída en las ventas del comercio presencial, potenciando la atención multicanal y reestructurando, incluso, la disposición física de las tiendas. Pero la pandemia lo precipitó todo.
Las restricciones propias de los confinamientos, la depresión del consumo, el temor de contagios por COVID, el aprecio por los productos de emprendimientos locales, estos últimos fuertemente influidos por las redes sociales, fueron elementos determinantes que han puesto a los centros comerciales en un punto crítico.
Lejana está la década de los 80,s cuando los malls eran vistos también como punto de encuentro, como instancia de relajo y socialización que permitía vivir toda una experiencia de consumo, concepto fuertemente explotado en las décadas siguientes. Será la pandemia la que llegue a refundar una industria que está en la encrucijada: ¿renovarse o morir?
Catalina Maluk Abusleme
Directora Escuela de Economía y Negocios UCENCOLUMNAS