Por Christian Reyes desde Francia
La sacudida en las convocatorias anticipadas para elegir nuevos representantes en la asamblea nacional, hará que los franceses vuelvan a las urnas en los comicios a desarrollarse este 30 de junio y el 7 de julio en balotaje, proceso que incluso ya comenzó por los medios remotos en otras latitudes.
Diversos sondeos apuntan en medio de un clima de creciente polarización política, a una participación en márgenes entre el 60 y 70%. Como referencia, en Chile en la última presidencial de 2021, votó solo el 47% del padrón. Eso, sumado al factor de distracción de eventos como los juegos olímpicos, dan un clima bastante particular y polarizado.
La calle nos relata un episodio donde la primera dama Brigitte Macron, vivió un incómodo momento en el funeral reciente de la cantante Françoise Hardy []. “Es muy extraño que en acto solemne, pifien o funen a alguien aquí en Francia”, nos comentan, siendo un parámetro inmediato los aplausos que hubo en cambio para la dupla Sarkozy-Bruni, en la misma oportunidad hace unos días.
Volviendo a los comicios, donde el sistema político es diferente y lo derivado de esta elección tendrá directa injerencia en el gabinete de Emmanuel Macron, la ultraderecha liderada por Jordan Bardella de Agrupación Nacional, advierte con replicar el golpe de las euroelecciones, que generó este desaguisado, pidiendo a los franceses repetir la contundencia electoral para llevar adelante su agenda desde el plano legislativo; “Si quieren que trabaje por una menor inmigración y una mayor paz fiscal, si quieren que defendamos a Francia, nuestros valores y nuestra identidad, que se han visto gravemente dañados en los últimos 7 años, necesito una mayoría absoluta para aprobar tanto mis medidas de emergencia como mis reformas”, ha dicho.
Gabriel Attal, primer ministro de Macron, carga con el peso político de la elección para el gobierno, y aunque su sector ha tirado la toalla en diferentes regiones, sus dardos van a Bardella y sus cambios de condiciones. “En los últimos días hemos visto que cuando se trata de Jordan Bardella, hay cada vez menos programas y más condiciones (…) Desde el inicio de esta campaña vemos un cambio de sentido en las propuestas”.
Una tercera vía es la que propone Oliver Faure, desde un desgastado socialismo, que ve estas disputas ácidas en el poder entre derechistas tradicionales y los ultras. Para él y su gente, es importante abrir la puerta a Macron, honrando un término que los chilenos conocemos; Nueva mayoría: “No pueden poner un primer ministro socialista, nadie puede imponer uno de la franja insumisa, la única manera de hacerlo es votar y ponerse de acuerdo; lo digo muy claramente, la única manera de hacer que esta nueva mayoría funcione, es hacerlo democráticamente. Si no es democrático no durará”, apunta.
Sea cual sea el resultado de estas elecciones, Emmanuel Macron tiene asumido que deberá compartir el Palacio del Elíseo y las decisiones de poder con nuevos invitados, unos más ruidosos que otros.