Por: Sebastián Yáñez Quezada, experto en innovación inmobiliaria.
Durante los últimos años, en Chile se han visto cambios favorables para emprender en algún negocio. En la actualidad, existen herramientas tecnológicas como la constitución legal de una empresa vía web, sistemas de pago electrónicos fáciles de implementar, empresas de logística de bajo costo, sistema de facturación electrónico gratuito a través de SII y una serie de recursos que permiten emprender a una velocidad nunca antes vista.
Por ejemplo, el gobierno implementó un portal web para constituir una empresa en tan sólo un día. Se trata de un trámite sencillo y gratuito que se realiza vía web, en donde solo es necesario asistir a una notaría o contar con una firma digital avanzada de un prestador autorizado. Hace 10 años para crear una empresa había que contratar obligatoriamente a un abogado, lo que significaba un costo aproximado de $300.000 por el trámite completo y una demora de casi un mes para que estuviese constituida.
Otra herramienta que muchas empresas han implementado son las pasarelas de pago, sistemas electrónicos online asociados a que permiten pagar con una gran variedad de tarjetas bancarias y de multitiendas, billeteras virtuales y transferencias bancarias directas, como es el caso de Khipu. Este desarrollo resulta bastante útil, y además, se puede implementar en pocos minutos. Otra vía, también es enviar por WhatsApp el link de pago al cliente.
Todas estas herramientas digitales requieren de habilidades muy sencillas de aprender con la debida tutoría. Sin embargo, ¿cómo se aseguran los emprendedores chilenos de adquirir estos conocimientos de forma correcta? ¿Quién los ayuda? Por otro lado, ¿quién le da las garantías al usuario de que determinado emprendedor cumplirá con el trato pactado?
Al digitalizar todo, debemos ser responsables de hacer cambios legales que permitan dar seguridad al usuario que compra productos o servicios por internet. En este sentido, hay empresas que son 100% digitales, que no cuentan con teléfono fijo ni con una dirección de atención presencial, solo trabajan a través de plataformas como Instagram o Facebook.
Si bien es cierto, estas redes sociales constituyen una gran ayuda a la hora de emprender y pueden reemplazar perfectamente a una página web, deben ser utilizadas de forma honesta y brindar todos los datos pertinentes al cliente. De igual forma, también es importante tener en cuenta que es necesario contar con asesoría legal y tributaria para no cometer errores.
Por ejemplo, uno de los problemas que se pueden presentar si comienzas a vender por redes sociales sin dar boleta y sin tener tu marca registrada, es que alguien se aproveche y registre la marca mientras ve que tu negocio funciona. Además, si compra un dominio en sitios como www.nic.cl para tener una página web con el nombre de tu marca, puede generar un problema legal que implique que pierdas ese dominio.
Claramente no existe una receta mágica para hacer que un negocio sea rentable y perpetúe en el tiempo, pero sí hay un sinfín de prácticas que ayudan a reducir el riesgo. Así como existen facilidades para hacer un negocio rápidamente, también hay obligaciones y para eso es necesario prepararse.
Es una lástima que no exista alguna institución que sea capaz de preparar a los emprendedores. Creo que es la carrera más difícil de todas, ya que está llena de dificultades y obstáculos que no tienen que ver con el mercado. Más difícil aún es lograr ser empresario para aquellos que provienen de un estrato socioeconómico más bajo, considerando que ellos tienen responsabilidades que cumplir en sus hogares y no cuentan con un soporte monetario para comenzar su negocio.
En mi experiencia de más de 17 años emprendiendo, puedo decir que esta brecha social se puede disminuir con el conocimiento adecuado. Si las pymes son las generadoras de más del 50% de los empleos en Chile, entonces, ¿por qué no crear una institución que los prepare profesionalmente? o ¿por qué no instaurar como carrera profesional en las universidades la carrera de emprendimiento para capacitar profesionalmente a quienes quieran dedicarse a crear sus propios negocios? Todas las instituciones preparan a profesionales de alto nivel, pero nadie se ha preocupado de los que llevan en la sangre las ganas de emprender y cambiar su futuro logrando la independencia financiera.
La chispa emprendedora existe en Chile, solo hace falta un impulso para encenderla.