Los ministros de Exteriores del G7 condenaron “los ataques contra civiles ucranianos y contra infraestructuras civiles” por parte del ejército ruso y demandaron a la nación liderada por Vladimir Putin a que cumpla con su “obligación” de respetar el derecho humanitario internacional. Los responsables de Estados Unidos, el Reino Unido, Francia, Italia, Japón, Canadá y Alemania urgieron a Rusia a poner fin a los ataques, en particular “en las inmediaciones de centrales nucleares”.
Además, acordaron que ningún avión aliado sobrevolará el espacio aéreo de Ucrania y reiteraron que no enviarán sus tropas, por lo que descartaron que la Alianza contribuya a imponer una zona de exclusión aérea sobre el país, tras una petición formulada por Kiev. El secretario general, Jens Stoltenberg, dijo entender la “desesperación” de los ucranianos, pero recordó tener naves en esa zona “podría suponer la guerra en Europa”.
Asimismo, los cancilleres señalaron que es crucial que “dentro de las fronteras internacionalmente reconocidas de Ucrania” las organizaciones de ayuda humanitaria tengan acceso de forma rápida y segura “a las personas en situación de necesidad”. Además, se comprometieron a ampliar el apoyo humanitario que prestan sus países “en la medida en que se incremente la necesidad de la población ucraniana”. Además, anunciaron que “seguirán imponiendo sanciones severas” a Rusia.