La energía de Paul McCartney miente sobre su edad. Al músico británico no se le notan sus bien llevados 76 años al momento de subirse al escenario y presentarse nuevamente ante su público.
Luego de poco más de 3 meses sin tocar en vivo —haciendo una breve pausa en su gira “Freshen Up” que concluyó su 2018 a mitad de diciembre en Londres—, el ansiado retorno lo ubicó de frente a sus fanáticos chilenos en el punto de partida del tramo sudamericano del tour.
21:19 horas. Brazos en alto y, de inmediato, “A hard day’s night”, ese clásico de The Beatles que hasta hace poco llevaba más de 50 años sin interpretarlo en vivo. “Hola, chilenos y chilenas. Bacán verlos de nuevo”, dijo el bajista apenas terminada la segunda canción de su repertorio, para contraatacar con “Can’t buy me love” y volver a leer un tierno papel ubicado a sus pies para ayudarse con el idioma: “Esta noche trataré de hablar algunas palabras en español”.