El idioma: Adquisición y amenaza en la niñez

Luego de la pandemia se habló de un retardo en el lenguaje de niños y niñas, falta de atención, a esto sumamos otros cambios que se tratan de instalar, ¿Qué sucede con los niños pequeños?

La lengua es nuestro idioma y como tal es social, le pertenece a toda la comunidad que la utiliza y no participamos en su creación. En cambio, el habla es el uso que cada sujeto hace de su idioma siendo individual, particular, acotado al conocimiento que el sujeto tiene del vocabulario, reglas y normas (Ferdinand de Saussure)

El niño va aprendiendo los patrones de su lengua de manera inconsciente, lo que se llama “conciencia inconsciente” del idioma, ya que a medida que crece va adquiriendo nuevo vocabulario y nuevas conexiones a partir de un número finito de oraciones, construye Infinitas combinación (Noam Chomsky), además aprende por la escucha de modelos y la repetición, que luego va asimilando y utilizando de manera progresiva.

En los niños no podemos forzar los cambios frente al deseo de modificar con el lenguaje inclusivo, esto conlleva a confundir. Recordemos, que muchos al preguntarnos por el esposo de la vaca, respondimos: “el vaco”

Si queremos fomentar cambios, hagámoslo a través de nuevas y mejores maneras de comunicarnos en un clima de armonías y respeto, esto facilita mayormente el aprendizaje de los niños, porque el contexto es de identificación, comprensión, afinidad. Hay que recordar que el aprendizaje se produce en un ambiente de seguridad y confianza y no forzando nuevos conceptos conflictivos y ajenos a la gramática establecida, a todas luces incorrectos (RAE). La inclusión debe orientarse a las habilidades comunicativas necesarias para la vida: cordialidad, respeto, empatía necesaria en todas las interacciones sociales y no atribuirles a las letras la responsabilidad, sino usar las letras con un significado respetuoso, tolerante, de aceptación, dispuestos a comunicarnos y entendernos.

Consideremos el impacto de estas tendencias en el niño que va adecuando el idioma poco a poco

    Sandra Castro, Académica Escuela de Educación Parvularia, Universidad Católica del Maule