Por: Christian Reyes
La esperada propuesta de Sam Reimi para «Doctor Strange en el multiverso de la locura» (2022) está marcada por su diferencia con el resto de las películas de la casa Marvel bajo el alero de Disney, con licencias que son el claro eje y la marca registrada del realizador. Y ese ejercicio no deja paladares indiferentes, tanto a favor como en contra.
Al parecer la tónica del nuevo ciclo del MCU marcado por un tinte más cargado a la magia, la hechicería y lo cósmico, es el desconcierto, ampliar los límites, tanto en series como en la pantalla grande y en ese cóctel Sam Reimi cae de pie, porque aún con las limitaciones de la factoría Disney logra inyectar su oscuridad de una forma que parecía impensada en este tipo de películas.
Por eso quizás tenga más mérito que Elizabeth Olsen además de entregarnos su mejor interpretación dentro de las sagas de superhéroes que la cobijan, regale los núcleos centrales de una emocionalidad que no esperábamos encontrar en medio de un abarrotado visual de esos encandilantes. La actriz es el trabajo a nivel humano que sostiene la cinta. Todo esto al margen de la peculiar resolución que le concede el guión.
«Doctor Strange en el multiverso de la locura» funciona a intervalos. Tiene menos de multiverso y sí en cambio, intercala entre un Reimi desatado, la irrupción de un personaje nuevo como Xochitl Gomez y el reencuentro esperado pero en una forma diferente entre Benedict Cumberbatch y Rachel McAdams. Hay cosas que andan muy bien, otras regular y el desconcierto sabe tapar los yerros que en realidad le restan a la trama. La limitación de «Wandavisión» como serie prólogo en el streaming pagado no es un plus, pero a quienes vienen siguiendo la historia de este universo le resuelve mucho.
Lo diferente suele inquietar, molestar, generar ruido. «Doctor Strange 2» propone algo distinto pero llevadero, con un nivel de entretención más que aceptable. No se trata solo de cameos, el conjunto no funciona del todo o requería «algo más» del guión. Supera las propuestas de «Eternals» pero el mérito de Reimi de materializar el guión es plausible pero tampoco hace magia. Esto al final resulta, sin tanta locura y por ende dando menos de lo esperado y como varios fragmentos sueltos más que un buen bocado que no deje gusto a poco.
Recomendación: Interesante. Intensa y oscura. Sus fuertes e innovaciones contrastan con la simpleza de su línea central. Deja gusto a poco.
