“La crisis educacional no es de octubre del año pasado, lleva 30 años”, subraya el parlamentario RN quien describe la situación en su región como “caótica”. En el plano hídrico aclara que la infraestructura es una deuda pendiente y por minería, reitera que “el Estado le debe plata a ENAMI”.
Aunque la contingencia ha elevado otros temas dentro de las prioridades nacionales, el senador Rafael Prohens (RN) recalca que la educación en la región de Atacama sigue en crisis y más que tratarse de una herencia de lo evidenciado en la última temporada, obedece a un problema de largo arrastre: “La crisis educacional de Atacama no es de octubre del año pasado, lleva 30 años. No es de ahora. La región de Atacama ha sido históricamente la que tiene los peores niveles de resultados en conocimiento cada vez que se ha medido; el año 92 éramos 12 de 13. Hoy que han pasado 32 años, estamos en el lugar 16 de 16”, afirmó el parlamentario en Profundidad de Campos de TV Senado.
Según el senador RN, diversos factores como la falta de preocupación y errores en la transferencia desde los municipios, aparecen como algunas de las causales de la crisis actual, que describe como ‘caótica’. “¿Cómo es posible que, al año de funcionamiento de los SLEP, aparecen todas problemáticas? (…) esto venía mal de atrás”, añade describiendo que fue testigo de obras deficientes en materia de infraestructura escolar: “La municipal recepcionó una obra mal hecha (…) Hasta el día de hoy, nadie habla de la calidad de la educación en Atacama. Nadie. Todos estamos enfocados en la infraestructura; que no se ha hecho nada, que seguimos igual, pero la calidad de la educación es lo que afecta al alumno, al niño”, agrega.
Por lo anterior, al ser consultado por una prioridad para la zona que representa, Prohens no duda en apelar a las mejoras en la educación de Atacama, más aún recordando que las comunidades escolares han debido lidiar con las pausas obligadas de los aluviones de 2015 y 2017, los efectos del estallido social en 2019 y la pandemia a partir de 2020.
Deuda con ENAMI
Si bien el gobierno anunció una capitalización de la Empresa Nacional de Minería (ENAMI) y el proceso se irá informando semana a semana a la comisión respectiva del Senado, Rafael Prohens asume que la deuda de Chile con la empresa, pilar vital de la pequeña y mediana minería, no se ha saldado correctamente.
“ENAMI hoy debe 600 millones de dólares u 800, y el Estado no salva a una empresa que le ha dado tanto (…) el Estado le debe plata a ENAMI y si el Estado pagara lo que retiró, hiciera devolución de eso, ENAMI no le debería plata a nadie y lo que deba lo podría pagar por sí solo, sin vender el activo de Quebrada Blanca”, indicó incluyendo en las gestiones a su par Yasna Provoste (DC), con quien recientemente lograron el compromiso del propio presidente Gabriel Boric para contar con una nueva planta en Paipote.
“Hemos luchado por los pequeños mineros, seguimos en la mira de la fundición Paipote que se cerró. Ahora estamos en la misma causa de no permitir que el 10% de Quebrada Blanca se venda, porque creemos que un patrimonio que después no vuelve y que ENAMI lo único que ha ido haciendo con el correr de los años es descapitalizarse y perdiendo sus activos”, explicó citando lo ocurrido con Ventanas, su participación en Pelambres, Collahuasi o sus activos en Disputada de Las Condes.
Escenario hídrico
“En Chile sobra el agua, lo que falta es infraestructura para usarla, que es distinto”, asegura el senador Rafael Prohens, orgulloso de los logros en materia de desalinización que posee su zona con una planta en Caldera que beneficia a 210 mil habitantes en cinco comunas. “Nosotros tenemos resuelto el tema hídrico al consumo humano en la región de Atacama”, sostiene.
En esa línea, aclara que cualquier problema derivado de las acciones de la planta desalinizadora ha sido mitigado –“eso es un mito”, dice- y su funcionamiento permite proveer múltiples áreas productivas. “Nos compramos muchos mitos, pero no ponemos el acento en cómo somos capaces de resolver el problema, nos quedamos con el problema”, comenta refiriéndose a la comprobada experiencia internacional al respecto, descartando un escenario de escasez.
En otras materias, el parlamentario atacameño lamenta la situación actual de la capital regional, la cual describe como “una ciudad que ha decaído mucho (…) Copiapó es una ciudad que está semi abandonada”. En cuanto al postergado proyecto de nueva cárcel en El Arenal, que suma doce años en trámite, espera que se concrete el llamado a licitación y terminar con el actual hacinamiento que sitúa a la región liderando la lista nacional de sobrepoblación penal con 226%.
Finalmente, un tema que surgió en la conversación fue la realización del rally Dakar, competencia que se realizó entre 2009 y 2015 en el país, donde confiesa que toda la controversia pudo manejarse de mejor forma, cautelando los sitios patrimoniales y retomando un importante rol en la economía local. “Nosotros quizás no supimos defender ese deporte (…) creo que perdimos un buen evento”, reflexionó.