Por Cristian Alvarez
En 1973, al menos hasta el 11 de septiembre, había un gran movimiento cultural en nuestro país, diversas artes, más allá del lado político en que se encontraban, vivían un gran auge de creatividad en diversos soportes, desde lo literario hasta lo audiovisual, donde algunas políticas promovidas por el Gobierno de la Unidad Popular, pero también con respuesta desde la Oposición, incentivaron a que la propia ciudadanía, en especial los sectores más desfavorecidos económicamente hablando, se interesaron por este importante aspecto, asistiendo a exposiciones, conciertos, proyecciones, entre otras manifestaciones
Precisamente el campo audiovisual, fue uno de los que más se desarrolló en esos turbulentos 3 años encabezados por Salvador Allende al mando del país, Diversos trabajos, tanto en la televisión, pero mayoritariamente en el cine, nacieron en esa época y uno de sus principales referentes fue el cineasta Miguel Littin, descendiente de árabes y oriundo de la entonces provincia de Colchagua, quien en la década del 60, irrumpiera en la escena nacional con el “Chacal de Nahueltoro”, que fue éxito de taquilla y mostró por primera vez, aunque de forma muy dramática, la triste realidad de los sectores rurales del país, Su obra fue reconocida por el propio gobernante socialista, quien incluso lo nombró director de “Chile Films”, entidad cinematográfica nacional que distribuía obras internacionales y producía cintas chilenas
En el ex Congreso Nacional, El 8 de septiembre del año pasado, y mientras había un receso de una comisión temática del cual participaba en el disuelto Consejo Constitucional, tras haber sido elegido como representante de la Región de O’Higgins, Este cineasta, a quien incluso el fallecido escritor y Premio Nobel colombiano Gabriel García Márquez, le dedicara un libro, conversó conmigo sobre su experiencia antes del Golpe de Estado y sus reflexiones del Chile de hoy, mencionando incluso, las diferencias entre épocas y las lecciones aprendidas hacia el futuro
¿Qué labores hizo usted en 1973, al menos hasta el Golpe?
–“Yo dirigí dos películas, dirigí “Compañero Presidente”, que es el dialogo entre (Regis) Debray y Allende, e hice “La Tierra Prometida” que es una película de Largometraje, que hice en Colchagua, con los campesinos de Colchagua, esa fue principalmente mi labor, en el año 72-73, Viajé a algunos festivales de cine que me invitaron, fui al Festival de Moscú, donde presenté “La tierra prometida”, Escribí artículos que se publicaron en esa época, y ese fue mi trabajo fundamental”
¿Como era la cultura en el Gobierno de la Unidad Popular, sobretodo en su fase final?
–“Explosiva en todo sentido, porque había gran libertad creativa, y la gente escribía, pintaba, filmaba, y pensaba mucho en el futuro, en la gente en las personas de construir un país distinto, diferente, Fuimos solidarios, armónicos, era un gran momento cultural en Chile y no creo que se vuelva a repetir, la gran explosión de libertad creativa, con pocos recursos pero con muchas ideas y con mucho sentimiento, con mucho amor”
¿Como ciudadano, usted veía una solución a la crisis que se vivía?
–“Si, tenía una gran esperanza que se encontrara una solución, Hay que tomar en cuenta que el Gobierno del Presidente Allende duró mil días, Es decir, tres años e hizo grandes cosas, grandes cambios transformaciones, y había una base social muy fuerte, vigorosa, muy bien organizada, con muchas ideas claras, y con muchas ideas, con gran sentimiento solidario, entonces eso se hacía creer y tener grandes esperanzas, y también grandes esperanzas en la conducción del presidente Allende en la crisis política, que era natural, porque el enfrentamiento de clases venia, porque la derecha tenía la postura que estaban en contra del Gobierno Popular, porque EE.UU tenía una postura muy decisiva en lo que se estaba realizando pero había que tomar en cuenta que la clase obrera, los campesinos y los estudiantes estaban muy organizados, y habían fuerzas políticas que incluso desde la parte militar, también que apoyaban el Gobierno, dado que sino no se podía sostener antes, y el país estaba dividido, Habían generales como el General (Alberto) Bachelet, como el General Prats y otros generales que estaban con el proceso, y eso habrían grandes perspectivas de la unidad de todo el país y en contra de la parte más retrógrada”
¿Ya que conoció a Salvador Allende e hizo películas con él, Como lo califica como persona y su personalidad?
–“Fue el mejor hombre que he conocido en mi vida, Un hombre de grandes sentimientos de amistad, un hombre muy carismático, muy comprometido con lo que él decía, un presidente que no miente, Por ejemplo, todo el pueblo sabia y confiaba en él, y lo adoraban, lo querían mucho porque era como un referente familiar, Tanto porque fue tantas veces candidato y recorrido Chile, los hogares chilenos y era un hombre qué la gente lo sentía como propio, Entonces era una figura definitiva, en mi existencia y en la vida de Chile”
¿Como vivió usted, el día del Golpe de Estado?
–“Fue uno de los días más tristes de la vida, sobretodo porque cayeron las ilusiones, murió tanta gente, pero también por la muerte del Presidente Allende me afectó notablemente, realmente cuando me enteré de eso, era como que se derrumbaba el país entero, que de Arica a Magallanes había un derrumbe histórico, en el cual iban a pasar muchos años, antes que eso se superara, y de hecho, aún no se supera”
¿Cree que, en estos 50 años, Chile avanzo o retrocedió en general?
–“Mire, desde el punto de vista del aspecto técnico, de los aspectos de la economía, todos los países avanzan, la humanidad avanza, a pesar de todo, aunque los procesos de historia dialéctica son así, pero desde el punto de vista moral, yo creo que el país ha perdido mucho, Por ejemplo, el valor de la palabra, el valor en cuanto a ideales a propuestas, Chile no tiene ninguna propuesta que vaya hacia el futuro, una propuesta vigorosa, fuerte, que hable de las utopías, pero que camine, que ande, Las organizaciones sociales están disminuidas, no tienen la fuerza del año 73 que eran dueñas prácticamente del país, Entonces estamos en un proceso muy……Yo pienso mucho en la juventud, que las futuras generaciones, tienen que cambiar completamente el país, que tiene que aprender a dialogar, que tiene que aprender que en el dialogo, tienen la posibilidad de no ver al otro que piensa distinto como un enemigo, sino como un contrincante de ideas y posibilidad de llegar a acuerdos, por el bien superior del país, podría haber una salida, pero en estos momentos no la veo, Por ejemplo, los procesos constitucionales fueron una puerta abierta y que se cerró violentamente y este no va a abrir este proceso que vivimos ahora, No lo veo en la perspectiva de abrir nada, sino que cerrar puertas
Pero pienso que, en el futuro, 20 o en 25 años, Chile una nueva generación va a cambiar la situación, va a cambiar, porque los países no pueden vivir sin utopías, sin procesos, sin miradas de futuro, y aquí hace falta, mirar al prójimo, entenderlo y también mirar al futuro, y también mirar el país con otros ojos”
¿Cree que las nuevas generaciones han aprendido las lecciones de estos 50 años?
–“Yo creo que las van a aprender, de una u otra manera se aprenden, es lento el proceso, la historia es muy lenta, mucho más lenta de lo que uno se imagina, Mirando la perspectiva, 50 años es muy poco para la historia de la humanidad, no es prácticamente nada, y sin embargo, el vivir diario, cotidianamente si, si lo hacen procesos muchísimos más largos y con más esperanza, pero en la perspectiva del futuro, tenemos que trabajar para los próximos 50 años, Los países no cambian de un día hacia otro, Por ejemplo, en Chile se dicen cosas decimonónicas, cosas que son muy antiguas, cosas que son muy de un medioevo histórico que no se ha superado en nuestro país, y entonces desde ese punto de vista seria como negativo, pero yo pienso que las futuras generaciones van a tener una voz muy distinta”