Un telón de fondo con los colores de la bandera de Ucrania dio visualmente la bienvenida a cada uno de los doce mil asistentes que este jueves repletaron el Movistar Arena en un show que seguramente será recordado como uno de los más intensos y esperados de una banda ochentera, pero plenamente vigente en lo que a calidad interpretativa y puesta en escena se refiere.
En efecto, el aclamado dúo británico Pet Shop Boys junto a Neil Tennant y Cris Lowe, llegó desde Buenos Aires para presentarse en Chile tras siete años enmarcados en el tour mundial “Dreamworld: The Greatest Hits Live”, y donde conmemoran lo mejor de su repertorio.
Algunos minutos de introducción junto a música electrónica dio el marco ideal para la espera que se puso cada vez más ruidosa, demostrando la ansiedad de la fanaticada que colmó todos los espacios. Blackout de luces y el grito ensordecedor daba cuenta del inicio del espectáculo.
Poco segundos después hicieron su aparición Tennant y Lowe con un look futurista, con trajes blancos y máscaras con unas especies de antenas como si llamaran a los asistentes a conectarse con lo que vendría después.
“Suburbia”, “Can you forgive her” Y “Opportunities” dieron el primer shock de música, luego vendría “Where the streets”, “Rent”, “Don’t know what you want”, “So hard”, “Let to my own devices”, “Se a vida e” y “Dominó dancing”. Hasta ahí el público vibró, bailó y disfrutó cada una de las interpretaciones de los británicos quienes después continuaron con un setlist donde destacaron grandes éxitos como “Always on my mind”, “Heart” “What have I done to deserve this”, “It’s a sin”, “West end girls” y “Being boring”, con la cual concluyeron las dos horas de show con un público que aplaudió de pie hasta el mismo momento en que agradecieron y se despidieron de su incondicional público dejando por cierto la vara alta a fuerza de muchos hits y una alta dosis de carisma.